martes, 6 de marzo de 2012

¿Tu falta de experiencia profesional te pone en desventaja?

Una problemática que enfrentan los jóvenes profesionales al buscar trabajo es su falta de experiencia profesional. Se enfrentan a reclutadores que exigen experiencia para ser contratados y los profesionales cuestionan que cómo pueden adquirir experiencia si ningún reclutador está dispuesto a contratarlos si no cuentan con la misma. Un círculo virtuoso difícil de romper.




La falta de experiencia es, en esencia, una desventaja en el mercado laboral. Pero por qué lo es. Un reclutador claramente preferirá contratar a alguien con experiencia puesto que considera que con experiencia previa, algún otro empleador les ha entrenado y consecuentemente su curva de inducción será menor.



Los profesionales sin experiencia, sin embargo, cuentan con una serie de ventajas. La primera es que están libre de vicios y malos hábitos y por tanto la empresa puede moldearlos a su cultura organizacional y a su estilo de hacer negocios. Por otra parte, la compensación que tendrá el empleador que pagarles es significativamente menor que la equivalente de una contraparte con experiencia previa.



Igualmente, los jovenes vienen a la mesa con ideas novedosas y creativas y entienden un mercado de alto potencial, que es el de los jovenes. Consumidores con alto potencial. Son los jovenes los que mejor entienden este mercado; las tendencias, los gustos y preferencias, así como los patrones de consumo.



Tu reto está, sin embargo, en convencer al reclutador de que cuentas con las herramientas necesarias para desempeñar el puesto; para incorporarte rápidamente al puesto y contribuir resultados en el corto plazo. Ya que una desventaja que presentan los jovenes profesionales es finalmente la aparente inestabilidad que representan. Las empresas temen invertir en capacitación y desarrollo en los mismos, sólo para ver que algunos meses después, estos jovenes profesionales han migrado a otra empresa.



Sugiere a través de ejemplos del pasado que eres una persona estable y que lo que inicias lo terminas. Tareas inconclusas que descubra tu reclutador pudieran disuadirlo a contratarte. Por otra parte, hay habilidades clave que todo empleador potencial busca en todo profesional, aún en los jovenes novatos. Entre ellas las facultades de planeación, organización, dirección, disciplina y la habilidad para resolver problemas.



La experiencia profesional previa es una clara evidencia de que has desarrollado estas habilidades. Pero en ausencia de la misma se puede capitalizar en el proceso de ventas la experiencia relacionada o práctica. Aquella que has adquirido a través del servicio social, actividades extracurriculares o con experiencia relacionada en negocios de familiares o proyectos independientes que hayas realizado como emprendedor.



Identifica tus habilidades y enlístalas. Busca a su vez instancias en donde aplicaste las habilidades en un contexto práctico. Igualmente, integra algunos logros históricos que has tenido, aún cuando no los consideres relevantes. El reclutador, finalmente, no espera que a tu joven edad profesional, hayas cambiado el mundo. Busca cuantificar algunos de los beneficios obtenidos, al igual que estipula el tiempo que te tomó realizar este logro.



A pesar de todo lo anterior, es importante tomar en cuenta que tú vales para un reclutador más en función de tu potencial futuro que con base en tu pasado, puesto la falta de experiencia profesional formal. En este caso la recomendación es identificar algunas empresas para las cuales te gustaría trabajar. Documéntate sobre las mismas, conócelas más a fondo. Investiga cuáles son los productos o servicios que ofrece, en qué etapa de su desarrollo se encuentra, cuáles son las características representativas de su cultura organizacional, de su estilo gerencial, de su forma de hacer negocio; identifica algunos logros recientes, al igual que sus planes a futuro. Con esta información en mano, date a la tarea de pensar en algunas ideas, proyectos o sugerencias que tú puedes traer a la mesa. Finalmente, quizá tú consumas los productos o servicios de esta empresa y como tal has seguramente, en el pasado, pensado en ideas que pudieran mejor la calidad del producto o el servicio que ofrecen.



A manera de ejemplo, supongamos que te gustaría trabajar para una cadena de restaurantes en el área de operaciones. Toma una libreta y visita cinco sucursales del mismo. Ordena y observa cómo te atienden, reclama y evalúa la actitud del mesero, pide la cuenta y mide cuánto tiempo se tardan, visita el baño y determina las condiciones de limpieza. Es de aquí de donde puedes sacar ideas interesantes para esta empresa. Ideas que mejorarían su calidad y como consecuencia serán conducentes a generar más negocio y por tanto a generarle valor a la organización en cuestión.



En conclusión, la clave radica en convencer al empleador potencial de que a pesar de no haber trabajado anteriormente para una organización, cuentas y has desarrollado las habilidades claves para poder contribuir a los resultados y objetivos de la empresa en el corto plazo y que tienes ideas interesantes para aportar valor a la misma.


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