Preparas todos los
detalles para ese gran momento, te presentas a la entrevista con la idea de que
todo ha sido meticulosamente revisado, sales de la misma convencido de que te
fue muy bien y que seguramente recibirás próximamente una llamada con la tan
codiciada oferta de trabajo. Pasan los días y la llamada no llega. Pasan las
semanas y nada. Y finalmente te ves cuestionándote el por qué no te volvieron a
llamar. La razón obvia es porque no te fue tan bien como pensabas.
La gente tiende a
verse de una manera muy distante a como los demás la ven. Piensan entonces que
les fue de maravilla en la entrevista, y seguramente pasan por alto detalles, a
veces mínimos pero en donde la suma de todos ellos, los saca de la carrera.
En mi línea de
asesor profesional en la búsqueda de trabajo, he asesorado a más de 500
profesionales, de edades entre 18 y 56 años, hombres y mujeres, personas laborando
en el sector público y que desean migrar a la iniciativa privada,
independientes emprendedores que buscan incorporarse a una empresa y mujeres
que se han ausentado un tiempo del mercado y buscan reincorporarse al entorno
laboral, entre otros.
La primera sesión de
la asesoría es un simulacro de entrevista, lo más real posible. Al finalizar la
misma, la pregunta que se le hace al asesorado es: "¿Cómo sientes que te
fue?" Una mayoría responde que muy bien. Llevamos a cabo el proceso de asesoría
y al concluir los temas, revisamos en forma individual el video simulacro
inicial de entrevista. Al finalizar, la siguiente pregunta relacionada se
presenta: "¿Tú contratarías a la persona que acabes de ver (válgase ellos
mismos) si estuvieras reclutando?" La respuesta invariablemente es:
"NO". Sorprendente, si el profesional no se contrataría ni a si
mismo, cómo espera entonces que otros le consideren o le contraten.
Los errores son
múltiples y variados. Razones, en suma, que los sacan del proceso. Pero hay errores
comunes en muchos de ellos. Errores que ni siquiera toma en cuenta el
profesional.
Errores que no de no
cometerlos, incrementarían notablemente las probabilidades de continuar en la
carrera final hacia la oferta de trabajo.
Está claro que
muchos de ellos están convencidos de que son muy buenos profesionales y
excelentes candidatos para la vacante. El problema es que ellos no son
solamente los que debieran estar convencidos. El propósito es convencer al
reclutador de que son el candidato ideal para ocupar el puesto y en su labor de
convencimiento verbal durante la entrevista, fallan en lograr este objetivo; lo
peor del caso es que sin darse cuenta.
La incógnita
continua porque los reclutadores no dan retroalimentación sobre la entrevista y
claro está no hay un tercero tomando nota de la misma para pasar al candidato
un reporte sobre su desempeño. Lo anterior, conduce a cometer una y otra vez
los mismos errores, repetidamente, sin darse cuenta que esos tropiezos son los
que continuamente les dejan fuera de la carrera laboral.
Peor aún, los
reclutadores tienen hoy día la posibilidad de seleccionar entre cientos, si no
es que miles de candidatos potenciales lo cual reduce su tolerancia y en muchas
ocasiones a los 5 o quizá 10 minutos dan por terminada la entrevista. Válgase,
por qué continuar si el candidato no ha impresionado en los primeros minutos.
Minutos valiosos para crear un impacto inmediato en el reclutador; y se
desperdician. El candidato piensa que tendrá tiempo para compensar una apertura
débil más adelante en la entrevista.
En la entrevista,
cada minuto cuenta y si no lo sabes aprovechar te verás coleccionando rechazos.
El peor error que cometen los profesionales cuando de entrevista se trata es
quizá el hecho de que no se preparan. La recomendación más importante que puedo
hacerte es que te prepares para una entrevista. Toma en cuenta que ningún buen
vendedor se presentará con el comprador potencial sin antes haberse preparado;
haber investigado al mismo, identificar sus necesidades y preparado un guión
meticuloso de lo que desea comunicarle al mismo. No se presenta meramente a
improvisar
Hemos venido
hablando de que el proceso laboral más que ser uno de búsqueda es uno de venta.
En este contexto, claro está, la entrevista de trabajo pasa de ser meramente un
interrogatorio en donde nos presentamos a dar respuestas limitadas, a una
visita de venta en donde tú propósito es venderte como profesional.
En la medida en que
no te vendas en una entrevista terminarás con múltiples rechazos y una marcada
frustración. Es clave prepararte antes de una entrevista. Prepara tu venta y
véndete, véndete, véndete!
Prepara un guión de
apertura de alto impacto. No te limites a responder con un simple Sí o No las
preguntas que presenta el entrevistador. Investiga de antemano la empresa,
identifica sus necesidades.
Elabora una agenda
de entrevista para asegurar que te vendas a lo largo de la misma. Desarrolla de
antemano un cierre fuerte, uno que deje un impacto en el reclutador. Todos
estos puntos y más los estaré desarrollando a mayor detalle en el siguiente
artículo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario