martes, 6 de marzo de 2012

La entrevista laboral. 20 consejos para el abordaje.

Para conseguir buenas posibilidades en el afronte de la entrevista laboral, se aconseja dar por realizados tres supuestos obligatorios para tentar como mínimo y seguir con vida en un proceso de selección complejo.




a) Hemos dado por finalizado nuestro propio análisis de las fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas (FODA) en el plano laboral.



b) Dimos por concluido un detallado estudio del mercado o industria en la cual pensamos postular.



c) Las conclusiones obtenidas en el punto a y b se ven reflejadas en un diseño de CV bastante agresivo o competitivo.



Además de tener aclarados y realizados estos tres puntos, no debes olvidar la característica principal del contexto en que se realiza una entrevista laboral:



La desigualdad entre el rol de entrevistador y postulante:



Esta inequidad se da por el acceso que posee el reclutador a la información de tu perfil antes de la entrevista. El seleccionador ya cuenta, al momento de la reunión, con un buen nivel de datos sobre tus aspectos cognoscitivos, inteligencia emocional y rasgos de personalidad gracias a las pruebas psicológicas que se aplicaron previamente. Por ende el reclutador ya sabe lo que busca, teniendo un esquema sobre el orden de indagación o aspectos en los cuales apuntará la mayor cantidad de preguntas. En pocas palabras, la entrevista siempre contará con una estructura flexible que variará dependiendo el perfil del postulante en combinación con el perfil del cargo buscado.



Dado aquel natural contexto de desigualdad reclutador – postulante descrito, solo tenemos una opción, limitarnos a responder con honestidad, en posición de cautela o de sutil alerta evitando poner en jaque el rol conductor del seleccionador.

A pesar de esta necesaria posición de apertura y transparencia, es muy oportuno tener a la mano una serie de consejos que pueden serle útiles para terminar con éxito las primeras etapas de un proceso de selección.



Por lo mismo, expongo 20 consejos tanto desde la mirada del reclutador como la del postulante, en las tres fases que he dividido con fines didácticos la entrevista laboral: La Apertura, la meseta y el cierre. Espero que le sirva alguno. A continuación los tres primeros.



Apertura:



1. Puntualidad. El aspecto de la puntualidad es tan relevante que llegar atrasado te puede costar el éxito del proceso por ser una falta de respeto grave. Si te encuentras en una situación de urgencia por la cual llegarás atrasado, debes llamar y avisar de la tardanza.



2. La vestimenta. Recuerda que la entrevista es una reunión de negocios, por lo cual debes escoger lo mejor que tengas disponible en el armario.



3. Nervios excesivos: las manos húmedas y temblorosas. Recomiendo la respiración profunda, consciente y sincronizada durante los minutos de espera, esto ayudará a relajarte.No es lo ideal que el reclutador se encuentre con un tipo excesivamente nervioso, si el cargo al cual postula implica tener desarrollados la tolerancia al estrés, flexibilidad y manejo de la presión, pues hasta ahí llegaste gracias a la mano húmeda.



4. Primer contacto con el reclutador y la ruptura del hielo. Un entrevistador con cierto criterio te ayudará a romper el hielo con naturalidad. Te preguntará cosas triviales durante el saludo, disminuyendo así tu comprensible ansiedad. Preguntas como, ¿encontraste estacionamiento? o ¿te fue difícil llegar?, te ayudarán a asimilar tu rol de entrevistado antes de ingresar a la oficina donde se realizará la entrevista. Una vez dentro, debes esperar a que el reclutador te ofrezca tomar asiento. Esto es importante para él, pues será un ágil observador de tu conducta no verbal (gestos o movimientos). Por lo mismo, es muy probable que seas entrevistado en mesas redondas donde las ubicaciones se vuelven estratégicas como tablero de ajedrez para un observador entrenado. Se recomienda que en estos minutos iniciales puedas hacerle comentarios para ayudarte a entrar en confianza. Por ejemplo opinar sobre el inmobiliario u objetos de la oficina, un cuadro llamativo, la vista a la cordillera o por último la efectividad del sistema de aire acondicionado.



Debes ser cauto con ello, no hagas comentarios sobre objetos personales, como fotos, trofeos o diplomas.



5. ¿Aceptar un vaso de agua? Te ofrecerán café o agua, acepta de preferencia el agua. No hagas lo mismo con el ofrecimiento de dulces o “snacks” si se diera el caso, pues son intencionales. El año 2004 colocamos en el centro de la mesa varias vasijas con maní. En el transcurso de la complicada situación ficticia que habíamos desarrollado como caso, varios de los postulantes empezaron a comer el maní, tomándolo de distintas maneras. Para el equipo de observadores que participamos en la dirección de aquella recordada dinámica, fue útil como predictivo de conductas futuras ver la incompatibilidad de una persona que se atragantaba con el maní desde lo alto luciendo las amígdalas, con los modales y roce necesario que necesitaba un perfil que trataría con clientes de estrato sociocultural alto.



La Meseta. Desarrollo de la Entrevista.



6. Las preguntas sobre la experiencia. Debes de considerar que las preguntas cruciales sobre tu pasado laboral serán orientadas a conductas concretas, logros o metas puntuales. Tendrás que narrar situaciones del pasado donde serás persuadido sutilmente por el reclutador a describir, por ejemplo, tu estilo de toma de decisiones, sentimientos o reacciones. Ve preparado para ello, recuerda situaciones anteriores donde hayas podido desplegar tus competencias. Olvídate del “soy buen negociador”, “soy un jefe carismático”, o “he desarrollado un liderazgo situacional” etc. ¡No le molestes la tarde el reclutador con cosas ambiguas o subjetivas y empieza por recordar situaciones puntuales y las conductas concretas que realizaste en respuesta a ellas!



7. Las preguntas académicas. Aquí la entrevista se vuelve más distendida. Sobre los temas académicos limítate a brindar información sobre tus grados académicos y universidad de origen. Lo importante en esos minutos es aprovechar en comentar como tu formación académica influyó en tu desarrollo profesional y sobretodo personal. Sería bueno que tus vivencias académicas las puedas integrar a los aspectos más inherentes a lo humano que a lo laboral. Ojo, no olvides los temas de las actualizaciones en el exterior o en tu país de origen y el manejo del inglés u otro idioma adicional.



8. Las preguntas personales. No te incomodes ni te ofendas por preguntas personales, con la excepción de las relacionadas a tu religión, tendencias políticas o sexualidad que no deberían aparecer como parte de la batería de preguntas. Son validas las preguntas relacionadas a tus pasatiempos, membresías, viajes, estado civil, composición familiar, etc. El reclutador no las hace por curioso o porque quiere invitarte a salir, sino por la valiosa información que da sobre tus hábitos, contactos personales, bagaje cultural o simplemente estilo de vida.



9. Las preguntas sobre tus fortalezas y debilidades. Un reclutador o psicólogo con experiencia indagará en busca de las habilidades, conocimientos y destrezas en donde tengas mayor potencial e identificará los aspectos por donde “cojeas” sin necesidad de formularte una pregunta concreta. En pocas palabras, su técnica será imperceptible para ti gracias a esa puntería sutil o certera capacidad deductiva de un entrevistador con impecable formación.



Sin embargo, un entrevistador joven, sin experiencia, poco creativo o simplemente sin tiempo, te preguntará directamente algo similar a - ¿Dígame dos fortalezas y dos debilidades que posea?



Lo que sugiero es que respondas narrando experiencias concretas o conductas observables en donde hayas desplegado dichas fortalezas, ve al ejemplo puntual.

Cuando te refieras a las debilidades, evita el “soy muy detallista” o alguna tontería cliché parecida y responde con sinceridad cuales son los aspectos que estás trabajando para mejorar y que acciones están involucradas para lograr aquello.



Cierre



10. Las preguntas sobre el tema de la renta y beneficios. Aquí, ¡espera! Según el esquema de entrevista, tarde o temprano te preguntarán sobre tus pretensiones de renta. Cuando esto suceda, empieza por informar sobre tu salario actual para luego plantear tus expectativas. Aconsejo que el tema de los beneficios lo plantees después, o poco antes del final de la entrevista, cuando el reclutador te de la libertad de hacer preguntas para despejar tus dudas.



11. Disponibilidad de tiempo. Debes negociar mínimo unas tres semanas para dejar a tu antiguo empleador. Si bien es cierto, este plazo es flexible dependiendo del nivel de responsabilidad que ocupes, aquí hay un tema de profesionalismo y en teoría, también de afectos por la organización que dejas. Deberías inclinarte a darle tres semanas como mínimo a tu ex empresa, esto para que puedan distribuir las tareas e iniciar la búsqueda del reemplazo.



Recuerda que tu nuevo empleador también presionará pues le interesa cubrir la vacante cuanto antes. Debes apostar con firmeza en buscar el máximo beneficio para quienes fueron tus empleadores. Es un tema de caballerosidad y educación. Por lo mismo, evita sacar partido de esta negociación para obtener unos días de “vacaciones” entre un trabajo y otro. Esto es sinónimo de criollismo o viveza, pues son días valiosos tanto para el antiguo empleador como para el nuevo. Si no tienes la fortaleza para tolerar el estrés de un cambio de trabajo y toda la presión que ello implica, pues un mercado laboral competitivo no es un lugar adecuado para tu perfil. La sed de conquista laboral es incompatible con unos “días de descanso” antes de emprender un nuevo proyecto. Se sugiere el descanso una vez percibido que la fase de adaptación en el nuevo cargo ha finalizado. (Entre seis y diez meses)



12. Plantear preguntas al reclutador. Al final de la entrevista, el reclutador te dará tiempo para plantear preguntas, se sugiere aquí indagar sobre los beneficios corporativos, políticas de capacitación, horarios, ubicación geográfica del lugar de trabajo, viajes, almuerzo, vestimenta y aspectos básicos de la cultura organizacional.



13. Agradecimientos. No olvides dar la mano cuando estés de píe, esto es válido tanto para el hombre y la mujer. Evita el beso a pesar que nuestra cultura latinoamericana lo haga por instinto, esto no es adecuado para una situación formal como lo es una entrevista laboral y por supuesto atenta contra los protocolos básicos de etiqueta social. No te expongas y no salgas del formalismo a menos que la iniciativa provenga del entrevistador. Un “muchas gracias” mirando a los ojos será suficiente. Serás acompañado de regreso a la recepción.



Consejos genéricos.



14. Conducta No verbal. La conducta no verbal se refiere a toda la información que comunicas no relacionada a lo que expresas en la conversación. Los gestos y movimientos están incluidos aquí. Se aconseja tener las manos sobre el escritorio, ayudándote con ellas para expresar tus ideas, sin llegar a movimientos exagerados. Los “tics”, sonrisas nerviosas, sudoración de las manos reflejada en el escritorio, miradas esquivas y rigidez en la postura son algunos de los aspectos más evidentes para el psicólogo.



15. No trates de venderte. Para un psicólogo entrenado, es llamativo cuando un postulante sobredimensiona, magnifica o fuerza más fortalezas de las que aparentemente refleja su carrera profesional en el currículo. Si bien es cierto, venderse como un producto no significa mentir sobre antecedentes laborales y académicos, si invita al reclutador a ser más incisivo en lo que el postulante aparentemente puede estar maquillando con intenciones de camuflaje.

Recuerda que la mejor forma de venderte es hablar puntualmente de tus logros y metas obtenidos en el pasado y que estos sean demostrables. Dichas metas cumplidas debes expresarlas o traducirlas en las conductas y las habilidades que te llevaron a lograrlas.



16. El mito de las pruebas psicológicas. En un proceso de selección no existen respuestas buenas o malas, aprobado o reprobado; aquí hay candidatos más cercanos al perfil buscado y otros que aplican a otros perfiles. Las pruebas psicológicas, se dividen en dos familias, las psicométricas y las proyectivas.



Pruebas Psicométricas. Estas están orientadas principalmente para indagar temas de personalidad e inteligencia. Normalmente son largos cuestionarios llenos de preguntas que te pueden parecer extrañas y repetitivas (personalidad) o gráficos antipáticos que obligan a pensar (inteligencia).



Pruebas Proyectivas. Tienen una base teórica en común. Ellas, a través de un estímulo neutro o ambiguo, buscan indagar sobre el mundo interior del postulante, o en lenguaje psicoanalítico, el inconsciente. Debes haber pasado por alguna de ellas, como por ejemplo las láminas con manchas de tinta, los dibujos de figuras humanas, interpretar colores o inventar historias partiendo de imágenes que te pueden parecer misteriosas.



Para ambas no hay consejo que valga más allá de responder con honestidad. Si intentas responder las psicométricas tratando de mostrar lo que crees que el perfil del cargo requiere, pues te arriesgas a invalidar la prueba, ya que estas cuentan con indicadores de consistencia que detectan cuando las respuestas han sido influenciadas por la deseabilidad social. Cuando veas que en un cuestionario se repitan las preguntas, no es un error de impresión, es una prueba que viene provista con indicadores de coherencia o mentira.



Mayor aún con las psicométricas, no puedes evitar mostrar el mundo interior. Nuestro inconsciente está expuesto y es muy difícil de orientar nuestras respuestas hacia lo que consideramos el reclutador anda buscando.

En conclusión, no le pidas a otros psicólogos consejos para “aprobar” los instrumentos psicológicos y limítate a contestar con honestidad la batería de pruebas.



17. No hables mal de colegas o antiguo empleador. Esta demás explicar el porqué, ya que la respuesta se basa en aspectos de ética profesional y sentido común. Lo que no está demás es que te lo recuerde.



18. Expresa tu interés o no en el cargo. Un reclutador serio está obligado a entregarte toda la información sobre el perfil buscado desde un inicio, con lo cual contarás de suficiente información para decidir seguir en el proceso o dar un paso al costado. Es un tema de practicidad y administración del tiempo para ambos.



19. Entrevistas de presión. Te debo alertar sobre una metodología controvertida de entrevista utilizada mayormente para cargos ejecutivos o gerenciales. Esta es poco común y normalmente es realizada por entrevistadores experimentados. Se llama entrevista de presión y consiste a grandes rasgos en intentar “sacar de sus casillas” al entrevistado. Esto se busca a través de la ironía, la descalificación, un elegante sarcasmo o porque no, un avezado pero sutil menosprecio de los antecedentes del candidato. Se lleva al postulante hacia terrenos pantanosos donde podría utilizar dilemas éticos o preguntas personales incómodas para desestabilizar la mesura natural de un candidato. El objetivo es medir competencias tales como tolerancia al estrés, inteligencia emocional, creatividad, niveles de agresividad y por supuesto, asertividad. Así que estás notificado, responde con locuacidad y humor los posibles “ataques” de un psicólogo avasallador.



20. Planifica la entrevista. Este es el punto más importante, por lo cual nos sirve para resumir los 19 que le anteceden. El éxito de una entrevista, como todo en la vida, depende de una detallada planificación. Esta debería incluir el reunir información sobre la empresa a la cual se postula, la consultora que realizará el proceso de búsqueda si fuese el caso, datos actualizados de la industria del potencial empleador, antecedentes de los profesionales o jefaturas de las áreas a las cuales estás postulando. Antes de decidir postular a una empresa debes buscar referencias de amigos o conocidos que la puedan conocer, indagar sobre el clima laboral, beneficios, balance vida trabajo, prestigio de la marca, comunicaciones informales, mitos, etc. No cometas el error infantil de dejar la indagación de lado pues consideras que el sólo hecho de contar sobre tu postulación a terceros, trae mala suerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario